Sabores por montón [ Libre ]

Caminó con despreocupación por toda la ciudad, sin interesarse en aquel temporal que mojaba hasta la más escondida parte de su cuerpo. A él e encantaba aquella sensación de sentir las frías gotas recorrer todo su cuerpo. Le relajaba y le estremecía, haciéndole reír con mucha intensidad. Había momentos en que solía hacerlo sin motivo, solo la risa salía y ya. Se observó en un gran ventanal de una de las tiendas, su cabello estaba todo humedecido, sus bucles aún estaban formados graciosamente como solían estarlo, su ropa se pegaba a su cuerpo, su rostro sonreía con esa dulzura que salía espontáneamente de él. Siguió caminando, hasta que sintió la necesidad de sentir en su paladar un gusto que no reconocía cual era, lo sentía dulce y agrio a la vez. Le llamó la atención la pastelería, tal vez ahí descubriría lo que deseaba. Las grandes puertas corredizas se abrieron dejandole pasar, atrayendo la atención de todas las personas por su aspecto. Caminó despreocupadamente por aquella grande tienda, sintiendo aquel aroma dulce en el ambiente. Observó la gran gama de pasteles y sabores.

- Mmhh~ -dijo llevando su dedo índice a sus labios, intentando decidir.

Observó todos los pasteles varias veces, pero solo hubo dos que lograron llamar su atención. Se acercó a la caja registradora.

- Quiero el Cheesecake, y también una porción de Selva negra para comer ahora… -dijo con una dulce sonrisa, sentándose en una de las mesas de allí, esperando su pedido.

Una vez le trajeron su porción y el otro pastel en una caja, degustó aquel postre. Tal vez no era lo que tenía en mente, pero eran deliciosos. Tanto que comía con tanta emoción que se manchó parte del rostro con la crema de chocolate.

Estaba todo distrido en la pastelería esperando que me sirvieran una tartaleta de fresa...a pesar de que era un día lluvioso, los dulces en parte podían aliviar un poco lo amargo de tu ser. Al rato llegó un chico al cual le trajeron un cheesecake mas una pastel de Selna Negra. Se veía delicioso pero siempre me pareció que el pastel de Mokka era mejor.

-Hey chico...-decidi hablarle ya que no tenía nada mas que hacer -te recomiendo el pastel de Mokka, es tambien de chocolate pero más refinado-

Limpió vagamente su cara con una servilleta, dejando algunos rastros de la crema. Rió un poco y siguió comiendo. Le descolocó el oír una voz que aparentemente, ya que era el único cliente en el lugar exceptuandole. Dirigió la mirada con curiosidad a aquella persona, ladeando un poco el rostro para procesar lo que le había comentado.

- De Mokka? -repitió retoricamente, observando luego el pastel que tenía en frente- Mmmh... no se, me agrada más que se sienta el sabor del chocolate. Además como contiene café, la cafeína solo me provoca hiperactividad... -dijo algo despreocupado-

Le observó con curiosidad, pero mostrandole una dulce sonrisa.

Reí ante su respuesta, cojí mi tartaleta y me senté con él en la mesa sin permiso.

-No por ser de chocolate refinado quiera decir que es menos dulce- apoyé mi rostro sobre mi mano dandole otra mordida la tartaleta de fresa

-Tiene ademas fosh, mermelada adentro, crema chantilly de calidad y te juro que te empalaga bastante- reí, no podía evitar mostrar un asonrisa cuando hablaba de dulces y más con este chico que al parecer compartía mi adicción.

Arqueó una ceja al verle sentarse en su mesa. ¿Tanta confianza sin siquiera conocerle? No le molestaba realmente, pero sin duda estaba en su naturaleza el desconfiar de los demás.

- Lo se... pero sigo insistiendo que el café me hace mal... -rió un poco, dandole una cucharada al pastel.- Por cierto, mi nombre es Mao -sonrió y extendió su mano hacia él-

Algo avergonzado por mi atrevimiento estreche la mano con él.

-Yo soy el endemoniado Kyo, un placer conocerle- reí leve -Y perdone mi intromisión, pero así soy yo- dije algo juguetón y le di otra mordida a la tartaleta que casi ya no tenía fresas.

-Y con respecto a lo del pastel...gustos son gustos, aunque sería curioso ver cómo te pones por el café-

Dejó escapar una pequeña risa, comiendo un poco más del pastel. Le estaba agradando bastante aquella persona, pero no pudo evitar sonrojarse un poco ante la confesion.

- Tal vez, algún día le invite a beber algo de café a mi casa... si tomo en otro lado suelo no llegar a mi casa muy coherente. -dijo riendo-

Se acomodó un poco en la silla, comiendo más del pastel.

-¿De veras?- sonreí amplio -Sería un gusto, no suelo salir mucho así que..me gustaría..es decir, no tengo muchos amigos, ehm...- Me travé un poco con mis palabras, Ese gesto de invitarme era una señal de confianza, muy en el fondo a mi me gustaba que confiaran en mi. Pero tenía mis dudas...¿de por sí no es extraño que alguien que apenas conoces te haga tal invitación?

Se quedo pensando ¿Que acababa de decir? Rió un poco por su estupidez, el comer dulces no le hacía pensar demasiado lo que decía. Negó un poco, sonriendo a aquella persona.

- Bueno, yo tampoco tengo muchos amigos... -murmuró, dirigiendo la vista al pastel que pronto acabaría.- Es agradable conocer gente nueva, dentro de todo. Pero bueno, algún día le invitaré...


Dió una cucharada al pastel, sonriendole.