Gray wind.
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Gray wind.
Cuando el cigarro estuvo apunto de consumirse por completo, fue que lo arrojé al suelo, pisándolo segundos después. Soplé los últimos restos de aquél grisáceo humo por mi boca a la vez que escondía mis manos dentro del pantalón oscuro que llevaba. Mirando hacia el frente, sin ninguna expresión en mi rostro más que la de una aparente calma, iba visualizando el paisaje. El viento fresco movía las hojas de los árboles al igual que mis cabellos, en un mismo sentido, siempre calmo.
Bajé algunos escalones de la corta escalera en la que había estado parado, llegando al inicio de ésta para allí sentarme, en el primer escalón. Me planteé entonces cómo es que había llegado ahí, no debía hacer nada en ese lugar, no había nada interesante, nada entretenido, nada para hacer. Supuse que había sido un simple impulso, puesto que en aquél momento no le encontraba sentido alguno, aunque realmente, no importaba un sentido, simplemente allí estaba, y estar alejado de la gente no me molestaba en absoluto. A veces y sólo a veces necesitaba un poco de calma, quizás esa había sido la razón por la que casi como un autómata, había ido a aquél parque que apenas había visitado un par de veces.
Luego de unos minutos de no hacer ni pensar en nada, fruncí el ceño, sin duda lo que sentía era aburrimiento, demasiada calma era abrumante, y no me apetecía mirar con cara de idiota la naturaleza por horas. Me puse de pie una vez más, sacudí y acomodé mi ropa y en mis bolsillos rebusqué la caja que contenía mis cigarrillos, dejando uno en mi boca para luego encenderlo, volviendo a guardar aquella caja. Esperaba que con cada segundo en que el cigarro se consumiese más, mi ansiedad desapareciera con él; ésto sin dudas no ocurrió. Esperaba que pasara algo, y rápido, o iba a terminar por enojarme.
Bajé algunos escalones de la corta escalera en la que había estado parado, llegando al inicio de ésta para allí sentarme, en el primer escalón. Me planteé entonces cómo es que había llegado ahí, no debía hacer nada en ese lugar, no había nada interesante, nada entretenido, nada para hacer. Supuse que había sido un simple impulso, puesto que en aquél momento no le encontraba sentido alguno, aunque realmente, no importaba un sentido, simplemente allí estaba, y estar alejado de la gente no me molestaba en absoluto. A veces y sólo a veces necesitaba un poco de calma, quizás esa había sido la razón por la que casi como un autómata, había ido a aquél parque que apenas había visitado un par de veces.
Luego de unos minutos de no hacer ni pensar en nada, fruncí el ceño, sin duda lo que sentía era aburrimiento, demasiada calma era abrumante, y no me apetecía mirar con cara de idiota la naturaleza por horas. Me puse de pie una vez más, sacudí y acomodé mi ropa y en mis bolsillos rebusqué la caja que contenía mis cigarrillos, dejando uno en mi boca para luego encenderlo, volviendo a guardar aquella caja. Esperaba que con cada segundo en que el cigarro se consumiese más, mi ansiedad desapareciera con él; ésto sin dudas no ocurrió. Esperaba que pasara algo, y rápido, o iba a terminar por enojarme.
Última edición por Aoi el Miér Jun 13, 2012 11:57 pm, editado 1 vez
Re: Gray wind.
-¿Me regalas uno?-pregunté directo, ¿acaso era necesario saludar a un desconocido si al final sólo le quería pedir un cigarro?, para mi conciencia, la respuesta era claramente un sí, y aunque separé nuevamente mis labios para formular de mejor forma la pregunta, las palabras no se hicieron presentes como debían.
Quizás era un metro, tal vez menos, tal vez más, pero sentía que era la distancia prudente y así estaba bien para mi, probablemente también para el otro tipo. Mi mirada de forma rápida pero certera le recorrió, viendo lo mas llamativo de su persona antes de dirigir mi mirada al humo que salía de su cigarro. Imaginé ese mismo humo recorrer mi garganta, llenar mis pulmones, para luego de haberme acortado la vida salir de mi organismo. No era un pensamiento suicida, tampoco fumaba con la idea de morir; en realidad solo lo hacía porque se había vuelto un vicio, una salida rápida a mis excesos, el modo simple de calmar mis emociones y de poder entretenerme en algo.
A eso se debía que mi último cigarro se hubiese ido, al igual que los otros, en cosa de minutos. No me gustaba andar pidiendo cigarros a otros, pero en vista que en ese parque no parecía haber nada parecido a un lugar donde comprar, era mi única opción. Tampoco había sido casualidad, le había visto hace rato, mas bien sentido, pero si me ponía a verlo desde ese modo, regresaban a mi mente esos pensamientos que me esforzaba en mantener lejos. Me bastaba con convencerme que era efecto de años tomando y fumando, y que ya me estaba volviendo loco.
Aquella incomodidad no me la podía quitar de encima, pero era mucho mas resaltada que en otras ocasiones, era como si algo en mi mente me dijese "sal de ahí". Miré con desconfianza hacia ambos lados, viendo con resignación verde y más verde, ¿en serio esperaba encontrar algo más?. Un suspiro corto y luego mis ojos en los suyos, viendo mi reflejo en sus orbes oscuras.
-podría pagarte, pero en serio.. necesito fumar-aunque pensé habían pasado muchos minutos, solo habían sido unos segundos desde que mi primera pregunta había sido formulada, por lo que no era demasiado extraño que arreglara mi petición inicial.
Llevé una de mis manos, la que no estaba dentro de uno de los bolsillos de mi chaqueta negra, hacia mi nuca, esperando el otro respondiera. Nuevamente esa sensación de frío recorriendo en mi espalda, y otra vez esa voz. "Aléjate", pero como siempre, mi cuerpo no le prestó atención, y se quedó inmóvil, esperando satisfacer su necesidad, como un vampiro en busca de sangre.
Quizás era un metro, tal vez menos, tal vez más, pero sentía que era la distancia prudente y así estaba bien para mi, probablemente también para el otro tipo. Mi mirada de forma rápida pero certera le recorrió, viendo lo mas llamativo de su persona antes de dirigir mi mirada al humo que salía de su cigarro. Imaginé ese mismo humo recorrer mi garganta, llenar mis pulmones, para luego de haberme acortado la vida salir de mi organismo. No era un pensamiento suicida, tampoco fumaba con la idea de morir; en realidad solo lo hacía porque se había vuelto un vicio, una salida rápida a mis excesos, el modo simple de calmar mis emociones y de poder entretenerme en algo.
A eso se debía que mi último cigarro se hubiese ido, al igual que los otros, en cosa de minutos. No me gustaba andar pidiendo cigarros a otros, pero en vista que en ese parque no parecía haber nada parecido a un lugar donde comprar, era mi única opción. Tampoco había sido casualidad, le había visto hace rato, mas bien sentido, pero si me ponía a verlo desde ese modo, regresaban a mi mente esos pensamientos que me esforzaba en mantener lejos. Me bastaba con convencerme que era efecto de años tomando y fumando, y que ya me estaba volviendo loco.
Aquella incomodidad no me la podía quitar de encima, pero era mucho mas resaltada que en otras ocasiones, era como si algo en mi mente me dijese "sal de ahí". Miré con desconfianza hacia ambos lados, viendo con resignación verde y más verde, ¿en serio esperaba encontrar algo más?. Un suspiro corto y luego mis ojos en los suyos, viendo mi reflejo en sus orbes oscuras.
-podría pagarte, pero en serio.. necesito fumar-aunque pensé habían pasado muchos minutos, solo habían sido unos segundos desde que mi primera pregunta había sido formulada, por lo que no era demasiado extraño que arreglara mi petición inicial.
Llevé una de mis manos, la que no estaba dentro de uno de los bolsillos de mi chaqueta negra, hacia mi nuca, esperando el otro respondiera. Nuevamente esa sensación de frío recorriendo en mi espalda, y otra vez esa voz. "Aléjate", pero como siempre, mi cuerpo no le prestó atención, y se quedó inmóvil, esperando satisfacer su necesidad, como un vampiro en busca de sangre.
Uruha- Ángel de aire
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Re: Gray wind.
Me estremecí casi de manera inmediata al oír una voz, casi como un susto. No me había asustado por aquellas palabras, pero sin dudas había sentido algo más, algo fuerte en mi cabeza, una extraña sensación que hacía tiempo no sentía y por lo mismo me costó reconocerla como tal, no esperaba que fuera lo que pensaba.
Volteé mi cuerpo, enfrentándome con aquella... ¿Persona? En un acto de apenas un par de segundos, lo vi de pies a cabeza, y aquella sensación permanecía en mi cabeza, era incómodo. Busqué en mis pantalones la caja de cigarrillos que había tenido en mis manos anteriormente y saqué uno de ellos, extendiéndoselo al contrario. Probablemente si aquella sensación no hubiese aparecido en mi mente, me hubiese negado a compartir de mis cigarros, simplemente la palabra "Compartir" no estaba en mi diccionario, no tenía por qué ser amable con nadie. Pero la curiosidad me sobrepasaba.
Cuando tomó el cigarro que estaba en mis manos, y su piel casi rozó la mía fue que lo entendí. ¿Cómo no lo había visto antes? La calma y el aburrimiento había apagado mis sentidos por completo, lo tendría que haber sentido desde hacía tiempo, cuando estaba lejos de mi, pero no lo había hecho.
Y sonreí. No esperaba encontrarme en un lugar como ese a un ser como ese. Era un Ángel, lo sentía, lo olía, lo veía, su aura no era la misma que la de un humano. A simple vista mi sonrisa podría parecer de pura amabilidad, por compromiso, o para demostrar que no me molestaba compartir. Pero no, no era así, y más que en mi sonrisa se denotaba en mis ojos la mirada perversa que llevaba encima.
La idea de que ese ser era un ángel no dejaba de picar en mi cabeza, hacía años que no veía uno, hacía años que no jugaba con uno.
Mi imaginación no dejaba de maquinar, aquél ser no se veía ingenuo en absoluto, pero seguramente, era tan débil a las tentaciones como cualquiera, hasta como yo mismo, aunque me dejaba llevar por las mismas sin compromiso. Salí de mi mente, todo aquello había pasado en breves segundos, y fue cuando articulé nuevamente la palabra. - Es raro ver a alguien por aquí. - Fue el único modo en el que se me ocurrió comenzar una conversación, para luego dejar caer mi cigarro al piso, al haberlo terminado.
Volteé mi cuerpo, enfrentándome con aquella... ¿Persona? En un acto de apenas un par de segundos, lo vi de pies a cabeza, y aquella sensación permanecía en mi cabeza, era incómodo. Busqué en mis pantalones la caja de cigarrillos que había tenido en mis manos anteriormente y saqué uno de ellos, extendiéndoselo al contrario. Probablemente si aquella sensación no hubiese aparecido en mi mente, me hubiese negado a compartir de mis cigarros, simplemente la palabra "Compartir" no estaba en mi diccionario, no tenía por qué ser amable con nadie. Pero la curiosidad me sobrepasaba.
Cuando tomó el cigarro que estaba en mis manos, y su piel casi rozó la mía fue que lo entendí. ¿Cómo no lo había visto antes? La calma y el aburrimiento había apagado mis sentidos por completo, lo tendría que haber sentido desde hacía tiempo, cuando estaba lejos de mi, pero no lo había hecho.
Y sonreí. No esperaba encontrarme en un lugar como ese a un ser como ese. Era un Ángel, lo sentía, lo olía, lo veía, su aura no era la misma que la de un humano. A simple vista mi sonrisa podría parecer de pura amabilidad, por compromiso, o para demostrar que no me molestaba compartir. Pero no, no era así, y más que en mi sonrisa se denotaba en mis ojos la mirada perversa que llevaba encima.
La idea de que ese ser era un ángel no dejaba de picar en mi cabeza, hacía años que no veía uno, hacía años que no jugaba con uno.
Mi imaginación no dejaba de maquinar, aquél ser no se veía ingenuo en absoluto, pero seguramente, era tan débil a las tentaciones como cualquiera, hasta como yo mismo, aunque me dejaba llevar por las mismas sin compromiso. Salí de mi mente, todo aquello había pasado en breves segundos, y fue cuando articulé nuevamente la palabra. - Es raro ver a alguien por aquí. - Fue el único modo en el que se me ocurrió comenzar una conversación, para luego dejar caer mi cigarro al piso, al haberlo terminado.
Re: Gray wind.
¿Buena persona? lo dudaba, quizás solo amabilidad con algún fin, pero no por eso me pondría a cuestionar las acciones de un desconocido; frente a mi estaba quizás la única posibilidad que tenía de fumar y no la desperdiciaría con cuestiones mentales sin fundamentos, reales ni concretos.
Bajé la mano que estaba en mi nuca, tomando el cigarrillo que el otro me extendía; no me importaba de que marca fuera, cigarro era cigarro y por nada del mundo lo rechazaría por una simple etiqueta, claro, tenía mis favoritos, pero no por eso eran los únicos. Mi otra mano se movió en mi bolsillo, buscando dar con el encendedor, el mismo que segundos después saqué. Dejé el pequeño cilindro blanco entre mis labios, afirmándolos con éstos, para así poder con mi diestra crear una especie de barrera y con la otra encender la llama, de este modo el viento no apagaría el fuego. Me ayudé dando una calada, no muy profunda, pero lo suficientemente relajadora como para sentir ese sabor característico del cigarro.
Cerré los ojos, quizás en un estado de relajación, la que solo me lograba dar fumar; en este lugar en el cual me sentía tan ajeno, solo las cosas consideradas como meramente carnales me ayudaban a calmarme. En parte no me agradaba, pero no estaba predispuesto a cambiarlo; ¿cómo pretender quitarme una maña de años?. Abrí mis ojos nuevamente, encontrándome con el otro tipo. Lo había olvidado por unos segundos. Me sentí estúpidamente tonto por eso, así que solo atine a sonreírle de la mejor forma posible, sin ponerle mucho énfasis para no parecer exagerado.
-Gracias- sostuve su mirada, hasta que algo mas allá de mi propio dominio me hizo apartarla, desviándola hacia el piso, al mismo tiempo que mi cuerpo por cuenta propia retrocedía un paso.Dios, eso ni siquiera había sido disimulado. Algo andaba mal, más mal que antes que ya sabía eso no iba por el camino normal.
Me recriminé mentalmente, pero luego me sentí más tonto por hacerlo. Solté un suspiro corto, mas parecido a una respiración rápida, y luego elevé la mirada, llegando tan solo hasta sus ojos por unos instantes. No me gustaba del todo lo que veía en ellos, pero no le encontraba un motivo y eso me exasperaba. Detestaba no entender lo que pasaba por mi propia cabeza; detestaba sentirme así con algunas personas y no saber por qué, y peor aún, odiaba no saber que pasaba conmigo mismo.
-es raro ver a alguien como tú por aquí- fue mi respuesta, la cual acompañé con una sonrisa de medio lado, antes de ser borrada claro está, por una nueva calada al cigarro, una mucho mas larga y profunda.
Podía ser sospechoso e incluso arriesgado decir eso, pero claramente andar con rodeos no era lo mío, y sinceramente, necesitaba entender al menos el porque de esa incomodidad ante el otro.
Bajé la mano que estaba en mi nuca, tomando el cigarrillo que el otro me extendía; no me importaba de que marca fuera, cigarro era cigarro y por nada del mundo lo rechazaría por una simple etiqueta, claro, tenía mis favoritos, pero no por eso eran los únicos. Mi otra mano se movió en mi bolsillo, buscando dar con el encendedor, el mismo que segundos después saqué. Dejé el pequeño cilindro blanco entre mis labios, afirmándolos con éstos, para así poder con mi diestra crear una especie de barrera y con la otra encender la llama, de este modo el viento no apagaría el fuego. Me ayudé dando una calada, no muy profunda, pero lo suficientemente relajadora como para sentir ese sabor característico del cigarro.
Cerré los ojos, quizás en un estado de relajación, la que solo me lograba dar fumar; en este lugar en el cual me sentía tan ajeno, solo las cosas consideradas como meramente carnales me ayudaban a calmarme. En parte no me agradaba, pero no estaba predispuesto a cambiarlo; ¿cómo pretender quitarme una maña de años?. Abrí mis ojos nuevamente, encontrándome con el otro tipo. Lo había olvidado por unos segundos. Me sentí estúpidamente tonto por eso, así que solo atine a sonreírle de la mejor forma posible, sin ponerle mucho énfasis para no parecer exagerado.
-Gracias- sostuve su mirada, hasta que algo mas allá de mi propio dominio me hizo apartarla, desviándola hacia el piso, al mismo tiempo que mi cuerpo por cuenta propia retrocedía un paso.Dios, eso ni siquiera había sido disimulado. Algo andaba mal, más mal que antes que ya sabía eso no iba por el camino normal.
Me recriminé mentalmente, pero luego me sentí más tonto por hacerlo. Solté un suspiro corto, mas parecido a una respiración rápida, y luego elevé la mirada, llegando tan solo hasta sus ojos por unos instantes. No me gustaba del todo lo que veía en ellos, pero no le encontraba un motivo y eso me exasperaba. Detestaba no entender lo que pasaba por mi propia cabeza; detestaba sentirme así con algunas personas y no saber por qué, y peor aún, odiaba no saber que pasaba conmigo mismo.
-es raro ver a alguien como tú por aquí- fue mi respuesta, la cual acompañé con una sonrisa de medio lado, antes de ser borrada claro está, por una nueva calada al cigarro, una mucho mas larga y profunda.
Podía ser sospechoso e incluso arriesgado decir eso, pero claramente andar con rodeos no era lo mío, y sinceramente, necesitaba entender al menos el porque de esa incomodidad ante el otro.
Uruha- Ángel de aire
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Re: Gray wind.
Mantuve mi vista fija en él, aún con la misma sonrisa, siguiendo con especial atención el movimiento de sus manos mientras encendía aquél cigarro y lo dejaba entre sus labios. Suspiré para eliminar lo que quedaba de humo en mi sistema, notando en eso cuánto se había relajado el contrario con una simple calada, no pude evitar pensar que no era tan efectivo en mi el tabaco, pero seguía siendo un vicio.
- No es nada. - Negué ante su agradecimiento, claro que sí había sido algo, yo no compartía a nadie por ninguna situación, claro que no. Borré mi sonrisa sólo para no parecer sospechoso, puesto que sino la hubiese dejado, ya me estaba pareciendo divertida la situación. Cuando desvió su mirada, supe que estaba notando algo en mi presencia, podía notar que yo era la razón de aquello, y pude confirmarlo de mejor manera cuando retrocedió un paso. Sin dudas se estaba sintiendo incómodo, si bien no podía leer su mente, podía captar sus emociones a la perfección.
A la vez que retrocedió aquél paso, no dudé en adelantarme uno, y todavía más largo del que el contrario había retrocedido, estando aún más cerca de él de lo que había estado antes, pero aún manteniendo cierta distancia, tampoco quería asustarlo, no tan rápido, sino sería una oportunidad perdida. Me acerqué con el propósito de que estaba creyendo que en cualquier momento se echaría a correr, y yo pudiese atraparlo así rápidamente. No es que tuviese cara de miedoso, pero era la simple naturaleza, cualquier demonio repele fuertemente a un ángel, estaba casi seguro de que intentaría irse apenas pudiese, pero yo no lo iba a permitir, no podía dejarlo escapar.
Alcé una ceja con aquél comentario pero luego suavicé mi rostro, de nuevo no quería parecer sospechoso. - ¿Como yo? - Me encogí de hombros como si no hubiese entendido a qué se refería, y estaba dudando si ya se había dado cuenta de mi realidad demoníaca o sólo era incomodidad la que le causaba. Sabía muy bien que no era fácil entrenar la capacidad de distinguir entre distintos seres, quizás no sabía cómo hacerlo.
- Soy Aoi. - Me presenté, para continuar así con la conversación. Aoi, mi apodo, sin dudas me gustaba, reflejaba todo lo que yo no era, era exactamente lo contrario a mi forma de ser. Con los demás seres solía comportarme como "Aoi", pero luego, sólo al final, salía mi verdadero yo. Era toda una técnica, no era algo inconsciente, era algo que me gustaba hacer. Pretender inocencia, credulidad. Pretender ser amable, sincero. Pero era lo más mentiroso, engreído, egoísta y aprovechado que se podría encontrar. Me encantaba ser yo, y la oportunidad que estaba teniendo, sólo lo hacía todo más divertido. Aún no pensaba qué hacer con aquél ser que estaba frente a mi, esperaba que sólo se diera algo, pero estaba seguro de que sería prácticamente, épico, como cualquier otro encuentro con ángeles que había tenido, sin duda era un ser que me fascinaba... me fascinaba quitar su pureza. - ¿Y tú eres? - Cuestioné con una nueva sonrisa, de apariencia sincera.
- No es nada. - Negué ante su agradecimiento, claro que sí había sido algo, yo no compartía a nadie por ninguna situación, claro que no. Borré mi sonrisa sólo para no parecer sospechoso, puesto que sino la hubiese dejado, ya me estaba pareciendo divertida la situación. Cuando desvió su mirada, supe que estaba notando algo en mi presencia, podía notar que yo era la razón de aquello, y pude confirmarlo de mejor manera cuando retrocedió un paso. Sin dudas se estaba sintiendo incómodo, si bien no podía leer su mente, podía captar sus emociones a la perfección.
A la vez que retrocedió aquél paso, no dudé en adelantarme uno, y todavía más largo del que el contrario había retrocedido, estando aún más cerca de él de lo que había estado antes, pero aún manteniendo cierta distancia, tampoco quería asustarlo, no tan rápido, sino sería una oportunidad perdida. Me acerqué con el propósito de que estaba creyendo que en cualquier momento se echaría a correr, y yo pudiese atraparlo así rápidamente. No es que tuviese cara de miedoso, pero era la simple naturaleza, cualquier demonio repele fuertemente a un ángel, estaba casi seguro de que intentaría irse apenas pudiese, pero yo no lo iba a permitir, no podía dejarlo escapar.
Alcé una ceja con aquél comentario pero luego suavicé mi rostro, de nuevo no quería parecer sospechoso. - ¿Como yo? - Me encogí de hombros como si no hubiese entendido a qué se refería, y estaba dudando si ya se había dado cuenta de mi realidad demoníaca o sólo era incomodidad la que le causaba. Sabía muy bien que no era fácil entrenar la capacidad de distinguir entre distintos seres, quizás no sabía cómo hacerlo.
- Soy Aoi. - Me presenté, para continuar así con la conversación. Aoi, mi apodo, sin dudas me gustaba, reflejaba todo lo que yo no era, era exactamente lo contrario a mi forma de ser. Con los demás seres solía comportarme como "Aoi", pero luego, sólo al final, salía mi verdadero yo. Era toda una técnica, no era algo inconsciente, era algo que me gustaba hacer. Pretender inocencia, credulidad. Pretender ser amable, sincero. Pero era lo más mentiroso, engreído, egoísta y aprovechado que se podría encontrar. Me encantaba ser yo, y la oportunidad que estaba teniendo, sólo lo hacía todo más divertido. Aún no pensaba qué hacer con aquél ser que estaba frente a mi, esperaba que sólo se diera algo, pero estaba seguro de que sería prácticamente, épico, como cualquier otro encuentro con ángeles que había tenido, sin duda era un ser que me fascinaba... me fascinaba quitar su pureza. - ¿Y tú eres? - Cuestioné con una nueva sonrisa, de apariencia sincera.
Re: Gray wind.
La distancia que había puesto, no duró nada, ya que a la par que yo retrocedí, el otro avanzó. Me pareció un tanto extraño, pero no hice comentarios al respeto, tan solo me limité a fumar, buscando relajarme, cosa que no había podido lograr solo con estar en ese lugar. El día era agradable, ni muy helado ni muy cálido, aunque lo realmente bueno era que el sol no había estado pegando muy fuerte y de forma molesta; en cambio, las nubes habían cubierto el cielo azul, dejando casi todo de un color tan blanco como el algodón.
-Ajam.. como tú, eres raro... te sientes raro, hasta miras raro- no sabía como definirlo, ni mucho menos ponerle un nombre a lo que pensaba, o mas bien, sentía sobre el otro. La palabra más cercana era la que había usado en varias ocasiones para definirle. "Raro", pero no era algo malo, no tanto quizás.
-Takashima- me presenté, diciendo mi verdadero nombre. Era obvio que con el nombre que el otro se había presentado no era su nombre real, pero no me atreví a indagar cual sí lo era. Un nombre solo era eso, era la carta de presentación, como un sobre en blanco. Una palabra no podía definir a una persona, porque cada palabra era vista de forma diferente.
Bajé la mano, la cual sostenía el cigarrillo y nuevamente miré hacia los costados. No pensaba salir huyendo, pero era necesario conocer el terreno en cualquier caso de que fuera necesario. Nadie me podía a segurar que ese hombre era precisamente buena gente, aunque lo pareciera a primera vista.
Cerré los ojos unos segundos, el olor que había era extraño, en comparación con el que hace unos minutos había. Era él. Eso fue lo que mi mente me dijo sin previo aviso, logrando que abriera mis ojos nuevamente, pensé que al hacerlo me encontraría solo, que aquello solo habría sido producto de un sueño o de mi imaginación debido a las cervezas que me había tomado antes de venir, pero nada de eso pasó. Él seguía de pie frente a mi, y no supe si fue idea mía, pero un poco mas cerca de lo que estaba antes de haber cerrado mis ojos.
-Ajam.. como tú, eres raro... te sientes raro, hasta miras raro- no sabía como definirlo, ni mucho menos ponerle un nombre a lo que pensaba, o mas bien, sentía sobre el otro. La palabra más cercana era la que había usado en varias ocasiones para definirle. "Raro", pero no era algo malo, no tanto quizás.
-Takashima- me presenté, diciendo mi verdadero nombre. Era obvio que con el nombre que el otro se había presentado no era su nombre real, pero no me atreví a indagar cual sí lo era. Un nombre solo era eso, era la carta de presentación, como un sobre en blanco. Una palabra no podía definir a una persona, porque cada palabra era vista de forma diferente.
Bajé la mano, la cual sostenía el cigarrillo y nuevamente miré hacia los costados. No pensaba salir huyendo, pero era necesario conocer el terreno en cualquier caso de que fuera necesario. Nadie me podía a segurar que ese hombre era precisamente buena gente, aunque lo pareciera a primera vista.
Cerré los ojos unos segundos, el olor que había era extraño, en comparación con el que hace unos minutos había. Era él. Eso fue lo que mi mente me dijo sin previo aviso, logrando que abriera mis ojos nuevamente, pensé que al hacerlo me encontraría solo, que aquello solo habría sido producto de un sueño o de mi imaginación debido a las cervezas que me había tomado antes de venir, pero nada de eso pasó. Él seguía de pie frente a mi, y no supe si fue idea mía, pero un poco mas cerca de lo que estaba antes de haber cerrado mis ojos.
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Re: Gray wind.
Alcé una ceja y asentí ante su comentario, como si no entendiese aún a qué se refería, pero aceptaba su idea. Sabía muy bien que había ciertas cosas en mi que no podía disimular, no podía dejar de ser un demonio por momentos y luego volver a serlo, lo era siempre y ya, y obviamente la clase de ser del contrario hacía que lo notase aún más, que no era como él, y que no era como los humanos. Los mismos humanos no eran capaces de descubrir estas cosas casi nunca, debían tener los sentidos muy alertas como para captarlo, y aún así era dificultoso para ellos, y por supuesto era una ventaja para mi. Pero ahora, trataba con un ángel, y debía tener cuidado. - ¿Sí? Bueno, yo creía que era alguien normal, no es mi intención ser raro. - Fingí una leve risa, volviendo a mi expresión seria luego.
Oí luego su nombre y sonreí levemente. Ya sabía éste desde un comienzo, pero sin embargo fingí una leve sorpresa, muy minúscula, o mejor dicho, una especie de interés. - Ya veo, lindo nombre, Takashima. - Le halagué tratando de no hacerlo entre dientes, tratando de hacerlo fluir de la manera más natural. Algo que me desagradaba era halagar, sin duda. No creía que nadie se mereciera un halago, ni siquiera el mismo mefistófeles, por más grande que fuese su mérito, prefería insultar, prefería marcar los errores, prefería degradar a la otra persona. Así mismo, tampoco aceptaba halagos con facilidad. Sí, me gustaban los mismos, me gustaba sentirme superior, pero lo que me costaba era aceptarlos, siempre debía fingir indiferencia ante ellos, como si no me importase lo que pensara nadie.
Notaba la manera en que miraba de lado a lado, e hice lo mismo, tratando de visualizar qué era lo que tanto veía, aunque no alcancé a distinguir nada digno de tanta atención. Decidí no darle importancia, si hubiese algo realmente importante ya me habría dado cuenta. Cuando volví mi mirada fue que realmente me fijé en quién tenía en frente, de manera física, claro está. Lo miré con disimulo, en un vistazo rápido, pero en el que había captado rápidamente toda su fisonomía junto a su cuerpo. Mantuve mi expresión intacta, pero mi mente curiosamente pensaba en cuán hermoso era, y había notado con algo de disgusto la altura con la que me sobrepasaba. Opté por no prestarle atención a esos echos.
Oí luego su nombre y sonreí levemente. Ya sabía éste desde un comienzo, pero sin embargo fingí una leve sorpresa, muy minúscula, o mejor dicho, una especie de interés. - Ya veo, lindo nombre, Takashima. - Le halagué tratando de no hacerlo entre dientes, tratando de hacerlo fluir de la manera más natural. Algo que me desagradaba era halagar, sin duda. No creía que nadie se mereciera un halago, ni siquiera el mismo mefistófeles, por más grande que fuese su mérito, prefería insultar, prefería marcar los errores, prefería degradar a la otra persona. Así mismo, tampoco aceptaba halagos con facilidad. Sí, me gustaban los mismos, me gustaba sentirme superior, pero lo que me costaba era aceptarlos, siempre debía fingir indiferencia ante ellos, como si no me importase lo que pensara nadie.
Notaba la manera en que miraba de lado a lado, e hice lo mismo, tratando de visualizar qué era lo que tanto veía, aunque no alcancé a distinguir nada digno de tanta atención. Decidí no darle importancia, si hubiese algo realmente importante ya me habría dado cuenta. Cuando volví mi mirada fue que realmente me fijé en quién tenía en frente, de manera física, claro está. Lo miré con disimulo, en un vistazo rápido, pero en el que había captado rápidamente toda su fisonomía junto a su cuerpo. Mantuve mi expresión intacta, pero mi mente curiosamente pensaba en cuán hermoso era, y había notado con algo de disgusto la altura con la que me sobrepasaba. Opté por no prestarle atención a esos echos.
Re: Gray wind.
-pero te sale bien, digo... lo de ser raro -negué, sin saber como explicarme. No podía siquiera tratar de hacerlo cuando la palabra raro no era sinónimo de ser diferente. El otro tenía una apariencia bastante normal,entonces ese concepto no era el correcto; pero si me ponía a explicarle lo que sentía al tenerlo cerca, el raro además de loco, quedaría siendo yo.
Le miré atento, para luego sonreír un poco, terminando de botar el poco humo que aún estaba en mi cuerpo. ¿Ese comentario había sido con ironía o era yo que andaba sobre perseguido por culpa de esa sensación extraña que recorría mi espalda y mi nuca? Preferí pensar que era simplemente yo; y por tonto que pareciera, nuevamente me había perdido en mi mente. Opté por el camino simple, olvidar mis pensamientos y dejar que solo fluyera, como siempre era. Mi yo.
-este lugar es interesante, pero no pareces de la clase de personas que se encuentra por acá- comenté, llevando nuevamente el cigarro a mis labios. Esta vez lo dejé ahí, bajando mi mano para meterla a mi bolsillo. Me dediqué a mirarle, y en efecto, no tenía ese aspecto. Por lo general, cuando venía a estos lugares, específicamente a este parque, las pocas veces que me topaba con gente, era simplemente alguna que otra madre con su hijo, o parejas en una cita. Ver gente así era raro, ya que solo tenía la oportunidad por las noches cuando trabaja en el bar, o cuando me iba a beber por ahí con algún conocido.
-ahora... ¿cómo puedo pagarte por el cigarro?- esta vez mi voz sonó un poco mas baja y menos precisa, ya que si lo hacía de forma mas casual el cigarro acabaría en el piso, y no, simplemente no lo apagaría hasta que me sintiera lo suficiente tranquilo, aunque sabía luego de un rato querría otro. Para eso, era necesario salir de este lugar, abandonar el refugio de los momentos sin ganas de hacer algo y volver a la agitada vida diaria. ¿Qué hora era? la verdad no tenía idea, había dejado el celular en mi departamento y no habían relojes colgando de los árboles. De todos modos por el color del cielo, aún debería ser relativamente temprano. Eso esperaba, porque si no, mi perro estaría con hambre.
Le miré atento, para luego sonreír un poco, terminando de botar el poco humo que aún estaba en mi cuerpo. ¿Ese comentario había sido con ironía o era yo que andaba sobre perseguido por culpa de esa sensación extraña que recorría mi espalda y mi nuca? Preferí pensar que era simplemente yo; y por tonto que pareciera, nuevamente me había perdido en mi mente. Opté por el camino simple, olvidar mis pensamientos y dejar que solo fluyera, como siempre era. Mi yo.
-este lugar es interesante, pero no pareces de la clase de personas que se encuentra por acá- comenté, llevando nuevamente el cigarro a mis labios. Esta vez lo dejé ahí, bajando mi mano para meterla a mi bolsillo. Me dediqué a mirarle, y en efecto, no tenía ese aspecto. Por lo general, cuando venía a estos lugares, específicamente a este parque, las pocas veces que me topaba con gente, era simplemente alguna que otra madre con su hijo, o parejas en una cita. Ver gente así era raro, ya que solo tenía la oportunidad por las noches cuando trabaja en el bar, o cuando me iba a beber por ahí con algún conocido.
-ahora... ¿cómo puedo pagarte por el cigarro?- esta vez mi voz sonó un poco mas baja y menos precisa, ya que si lo hacía de forma mas casual el cigarro acabaría en el piso, y no, simplemente no lo apagaría hasta que me sintiera lo suficiente tranquilo, aunque sabía luego de un rato querría otro. Para eso, era necesario salir de este lugar, abandonar el refugio de los momentos sin ganas de hacer algo y volver a la agitada vida diaria. ¿Qué hora era? la verdad no tenía idea, había dejado el celular en mi departamento y no habían relojes colgando de los árboles. De todos modos por el color del cielo, aún debería ser relativamente temprano. Eso esperaba, porque si no, mi perro estaría con hambre.
Uruha- Ángel de aire
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Re: Gray wind.
Me encogí una vez más de hombros. - Como te decía, no es mi intención ser raro. -Repetí, algo que de hecho era verdad, porque lo que más trataba siempre era aparentar normalidad, de otro modo todo era muy complicado siempre, y las cosas complicadas solían ser un hastío para mi.
Noté su sonrisa y la imité, viendo por unos momentos hacia arriba, el cielo, esperando de ese modo no acecharlo demasiado con mi mirada; lamentablemente, era una de las cosas que me era imposible disimular, mi mirada muchas veces mostraba lo que sentía, lo que pensaba, mis intenciones y demases, y eso no era nada bueno, por lo que evitaba mirarlo directamente a sus ojos, o de algún ángulo en que pudiera ver bien hacia ellos.
- Oh, creo que en eso estoy de acuerdo. - Asentí y le di la razón, dejando mis manos en los bolsillos de mi pantalón y llevando nuevamente mis ojos hacia él, por supuesto evitando mirarlo directamente. - No creo tener apariencia de andar por parques porque sí. - Soplé una risa fingida. - Me han dicho que tengo aspecto de oficina, pero eso no es lo mío. - Comenté, sin saber muy bien por qué.
Comencé a meditar por breves momentos cuando mencionó lo de tener que pagarme, y me mantuve en silencio por algunos segundos hasta pensar en una especie de plan a medio elaborar. - ¿Pagarme? Mh... -Hice mueca pensativa.- Podrías compensarlo al aceptar mi invitación a tomar un café conmigo. - Sugerí, sin dar otra alternativa en cambio, esbozando una sonrisa interior, sin mostrarla afuera para no parecer demasiado sospechoso.
Noté su sonrisa y la imité, viendo por unos momentos hacia arriba, el cielo, esperando de ese modo no acecharlo demasiado con mi mirada; lamentablemente, era una de las cosas que me era imposible disimular, mi mirada muchas veces mostraba lo que sentía, lo que pensaba, mis intenciones y demases, y eso no era nada bueno, por lo que evitaba mirarlo directamente a sus ojos, o de algún ángulo en que pudiera ver bien hacia ellos.
- Oh, creo que en eso estoy de acuerdo. - Asentí y le di la razón, dejando mis manos en los bolsillos de mi pantalón y llevando nuevamente mis ojos hacia él, por supuesto evitando mirarlo directamente. - No creo tener apariencia de andar por parques porque sí. - Soplé una risa fingida. - Me han dicho que tengo aspecto de oficina, pero eso no es lo mío. - Comenté, sin saber muy bien por qué.
Comencé a meditar por breves momentos cuando mencionó lo de tener que pagarme, y me mantuve en silencio por algunos segundos hasta pensar en una especie de plan a medio elaborar. - ¿Pagarme? Mh... -Hice mueca pensativa.- Podrías compensarlo al aceptar mi invitación a tomar un café conmigo. - Sugerí, sin dar otra alternativa en cambio, esbozando una sonrisa interior, sin mostrarla afuera para no parecer demasiado sospechoso.
Re: Gray wind.
-¿De oficina? Mh... creo que eso es mas "terno corbata" -reí y negué. No me pasaba mucho por esos lugares, pero recordaba cuando mi papá se iba al trabajo y se vestía así. Nunca me había gustado usar corbata, porque sentía me apretaban el cuello, así que ese trabajo lo había descartado desde siempre.
-Un café suena bien, pero sólo acepto si yo pago... el que está en deuda soy yo.-No esperé me dijese un sí o un no, simplemente sería así, porque era lo correcto.
En un vago intento por pensar en un lugar cercano donde pudiésemos beber café, elevé el rostro unos centímetros, observando con detenimiento las copas frondosas de los árboles, aunque imaginaba que la mayoría de sus hojas ya se habían ido debido al otoño en el que estábamos. ¿A donde irían todas esas hojas?. Fruncí el ceño y comencé a caminar, realmente no era algo por lo que tendría que estar preocupándome.
-¿Conoces una cafetería cerca? -interrogué, llevando inevitablemente mi mano de regreso al cigarro, sacándolo para poder vaciar mis pulmones del humo que los comenzaba a llenar. No tardó mucho en que ese humo se perdiera, y pensé con un tanto de sarcasmo si a los árboles les haría igual de mal que a las personas.
-Un café suena bien, pero sólo acepto si yo pago... el que está en deuda soy yo.-No esperé me dijese un sí o un no, simplemente sería así, porque era lo correcto.
En un vago intento por pensar en un lugar cercano donde pudiésemos beber café, elevé el rostro unos centímetros, observando con detenimiento las copas frondosas de los árboles, aunque imaginaba que la mayoría de sus hojas ya se habían ido debido al otoño en el que estábamos. ¿A donde irían todas esas hojas?. Fruncí el ceño y comencé a caminar, realmente no era algo por lo que tendría que estar preocupándome.
-¿Conoces una cafetería cerca? -interrogué, llevando inevitablemente mi mano de regreso al cigarro, sacándolo para poder vaciar mis pulmones del humo que los comenzaba a llenar. No tardó mucho en que ese humo se perdiera, y pensé con un tanto de sarcasmo si a los árboles les haría igual de mal que a las personas.
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Re: Gray wind.
Me encogí de hombros, como sin darle mucha importancia. - Sí, puede ser, tampoco es que me disguste usar traje o algo, sólo decía. - Pensaba que ese tipo de ropa no me quedaba mal, y quizás me quedaba aún mejor que la ropa casual, estaba seguro de que con una camisa blanca algo desabrochada, podría con cualquiera, o casi cualquiera al menos. Y de hecho era bastante común verme vestido de aquél modo, eran varias las veces en las que me veía invitado a fiestas o reuniones formales, de una u otra índole, variaban mucho los lugares a los que debía ir, más que nada por trabajo.
Dudé un poco, sobre su oferta de que pagara el contrario el café, sin embargo, dudaba que siquiera llegáramos al a cafetería, o al menos él lo hiciera. Ignoré el pensamiento, y luego asentí, sería mejor conformarlo. - Bien, bien, como quieras. - Dije entre dientes, como algo disconforme con la idea de que él pagase, quizás con algo de culpa en mi voz por permitirlo, por supuesto, fingida.
- Sí, seguro, conozco una. - Comencé a caminar luego de que él lo hizo, haciéndolo a su lado, mientras lo veía de reojo. - En un par de minutos, seguro llegamos. - Enarqué apenas perceptiblemente una ceja, dejando mis manos en mis bolsillos mientras caminaba. - Creí que no ibas a aceptar venir conmigo. - Comenté, siendo sincero.
Dudé un poco, sobre su oferta de que pagara el contrario el café, sin embargo, dudaba que siquiera llegáramos al a cafetería, o al menos él lo hiciera. Ignoré el pensamiento, y luego asentí, sería mejor conformarlo. - Bien, bien, como quieras. - Dije entre dientes, como algo disconforme con la idea de que él pagase, quizás con algo de culpa en mi voz por permitirlo, por supuesto, fingida.
- Sí, seguro, conozco una. - Comencé a caminar luego de que él lo hizo, haciéndolo a su lado, mientras lo veía de reojo. - En un par de minutos, seguro llegamos. - Enarqué apenas perceptiblemente una ceja, dejando mis manos en mis bolsillos mientras caminaba. - Creí que no ibas a aceptar venir conmigo. - Comenté, siendo sincero.
Re: Gray wind.
Se sentía un tanto incómodo el tener su mirada sobre mi, a pesar de que esta no era muy notoria ni tampoco muy insistente. Probablemente sólo fuese normal, aunque en este caso, había algo más que me impedía sentirme tranquilo. No estaba seguro si ponerme a pensar en aquello, o simplemente hacer como que nada ocurría.
-creía lo mismo... pero algo me hizo aceptar- no especifiqué el qué, porque en realidad no tenía ni la menor idea de cual era aquel motivo. Solamente podía estar seguro que si me negaba las cosas serían peor, como cuando te están asaltando; una comparación un tanto exagerada, pero que se me hacía bastante similar, a pesar de que nunca me habían asaltado.
Todo el paisaje en ese lugar era igual, cosa que no me disgustaba, pero estaba seguro que si estuviese muy distraído, me haría perder el sentido de la ubicación y acabaría sin saber donde estaba parado realmente. A diferencia de mi, el otro parecía estar mucho más seguro caminando por ese lugar, como si lo conociera, o mejor dicho, como si le diese lo mismo perderse. Sentí nuevamente un escalofrío, y unos segundos después una ráfaga de viento frío hizo que los árboles mecieran sus ramas con fuerza, botando una que otra hoja sobre el camino frente a nosotros.
El clima estaba helado debido a la estación, pero no era normal que hubiese tanto viento. De todos modos no me sentía incómodo ante eso, ya que me gustaba bastante, sobre todo en esta época cuando el cielo se muestra gris y los árboles casi sin vida.
Al cabo de un par de minutos, llegamos a la salida, o más bien a la entrada de aquel parque; una que otra persona estaba parada, supuse esperando a alguien o simplemente haciendo hora. Le resté importancia a esas personas y dirigí mi vista hacia mi acompañante, con un poco de expectación.
-¿y ahora hacia donde?- pregunté, ya que no sabía a que cafetería iríamos.
-creía lo mismo... pero algo me hizo aceptar- no especifiqué el qué, porque en realidad no tenía ni la menor idea de cual era aquel motivo. Solamente podía estar seguro que si me negaba las cosas serían peor, como cuando te están asaltando; una comparación un tanto exagerada, pero que se me hacía bastante similar, a pesar de que nunca me habían asaltado.
Todo el paisaje en ese lugar era igual, cosa que no me disgustaba, pero estaba seguro que si estuviese muy distraído, me haría perder el sentido de la ubicación y acabaría sin saber donde estaba parado realmente. A diferencia de mi, el otro parecía estar mucho más seguro caminando por ese lugar, como si lo conociera, o mejor dicho, como si le diese lo mismo perderse. Sentí nuevamente un escalofrío, y unos segundos después una ráfaga de viento frío hizo que los árboles mecieran sus ramas con fuerza, botando una que otra hoja sobre el camino frente a nosotros.
El clima estaba helado debido a la estación, pero no era normal que hubiese tanto viento. De todos modos no me sentía incómodo ante eso, ya que me gustaba bastante, sobre todo en esta época cuando el cielo se muestra gris y los árboles casi sin vida.
Al cabo de un par de minutos, llegamos a la salida, o más bien a la entrada de aquel parque; una que otra persona estaba parada, supuse esperando a alguien o simplemente haciendo hora. Le resté importancia a esas personas y dirigí mi vista hacia mi acompañante, con un poco de expectación.
-¿y ahora hacia donde?- pregunté, ya que no sabía a que cafetería iríamos.
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